A trancas y barrancas (2015)





Editorial Pamiela, Pamplona, 2015



A mi juicio debería llevar el subtítulo "Dietario 2014", porque eso es lo que es. Cansa a estas alturas explicar lo que es un dietario y lo que no, y todavía cansa más batallar con quien te dice que "le molesta" la palabra dietario. Hay mucho maestrillo suelto dispuesto a darte lecciones no pedidas.
A trancas y barrancas no es un diario privado, en sentido estricto, aunque tenga entradas que hacen referencia a mi vida cotidiana, a cómo vivo esta: viajes, paisajes, libros leídos, cosas vistas... estados de ánimo también, a qué ocultarlo, a fin de cuentas es a su ritmo al que escribes. Pero lo cierto es que son más abundantes las entradas que tienen que ver con una agresiva actualidad, y en ese sentido no se me oculta que puede resultar repetitivo si lo comparo con lo ya recogido en Con las cartas marcadas, mi dietario del año 2013.   No soy yo quien se repite, sino la tozuda realidad: una sucesión de episodios y de abusos que, se repitan mucho o poco, tienen una tendencia enorme al olvido o a quedar sepultados por hechos y noticias muy parecidas. Olvidamos los empujones que recibimos, tal vez para poder sobreponernos a ellos. En ese sentido, A trancas y barrancas tiene mucho de lo vivido y padecido a lo largo del año 2014, mal año, aunque peor para unos que para otros: abusos policiales constantes, complicidad de la magistratura con un régimen cada vez más firmemente policíaco, leyes abusivas, empobrecimiento, asfixia social... "Viene todo en los periódicos", te dicen como quien espanta moscas. Y eso es lo malo, que de la misma manera que "viene", se esfuma y acaba en el chirrión apenas frecuentado de las hemerotecas. A trancas y barrancas tiene la insolencia de intentar ser un crónica, siquiera parcial, frente a ese olvido. [1.2.2015]


Me lo acaba de traer un mensajero: la sucesión de episodios del año 2014, un dietario o lo que por tal se entiende, que ya no sé lo que es eso, al margen de una puesta en escena desde el momento en que fue escrito para ser publicado. Este al menos es una sucesión de notas fechadas a lo largo del año que dejamos atrás, por eso tiene algo de cuaderno de ruta y también de hemeroteca comentada en la medida en que trata más de los asuntos públicos –empujones por una gran mayoría padecidos– que de los privados... ¿Qué quedará de lo que vamos viviendo a la vuelta de la esquina de unos días, unos meses, unos años? No me hago ilusiones, poco. Para un miércoles de ceniza, no está mal: el derribo de un año.